La cresta de la abubilla es increíblemente moderna. Es preciosa. La abubilla es una especie netamente africana que hasta hace unos años solo visitaba la Península Ibérica en la época estival para nidificar, pero desde hace unos años son cada vez más numerosos los ejemplares que se quedan en nuestro territorio durante la época más fría viviendo aquí durante todo el año. Posiblemente una muestra más del cambio climático que vivimos. En algunos pueblos de Extremadura, le llaman Abubilla Apestosa. Eso es debido al horrible olor que desprenden cuando un humano se acerca a su nido, que suele estar muy cerca de las zonas habitadas.
Busca lugares con oquedades para ubicar sus nidos, tales como paredes y muros de piedra, masías y construcciones humanas, cortados y taludes o los viejos árboles, cada vez más escasos. Entre las amenazas que se ciernen sobre esta especie se encuentra el excesivo uso de insecticidas en los cultivos agrícolas que, por un lado, reducen el número de insectos de los que se alimentan y, por otro, pueden provocar la muerte directa de ejemplares por envenenamiento. (aquí). En las últimas décadas se han reducido drásticamente los lugares apropiados de nidificación al haberse derruido muchas casetas de campo y eliminado miles de almendros, olivos y otros árboles presentes en márgenes, acequias y linderos. El sonido de la Abubilla es : Tú Tú, Tú Tú… Abubilla, Abubilla, ¿quién te ha quitado la olla?…tú tú, tútú….